Un par de semanas atrás, acudí al cine a ver la nueva película de Michael Gondry. Confieso que La ciencia del sueño no me gustó y que Eterno resplandor de una mente sin recuerdos no me pareció tan híper-hilarantísima-mega-genialius como a muchos pero, pese a ello, compré sin remilgo alguno mi ticket para entrar a ver Originalmente pirata.
31 de diciembre de 2008
Algo más sobre mí y la magia de hacer cine
30 de diciembre de 2008
La historia enlistada

Como si se tratase de una añeja tradición, cada fin de año se publican en diversos medios de comunicación múltiples análisis que pretenden recapitular lo más destacado del año que termina, una de las grandes peculiaridades de éstos es que en su gran mayoría resumen enlistando: el top ten de los mejores libros del año, las diez películas más taquilleras, el deportista del año, los veinte sucesos que conmovieron al mundo, el hombre del año, los escándalos del 2008, las mejor vestidas…
Me parece que el enlistado es una modalidad peligrosa para resumir los acontecimientos de todo un año, reducirlo todo a un determinado y selecto número de eventos, que queden en los libros y en la memoria colectiva estas diez películas consideradas como destacadas y que el resto de ellas queden condenadas al olvido, que la humanidad recuerde ciertos eventos políticos pero que estos otros permanezcan enterrados, ensalcemos a ciertos personajes públicos y a otros condenémoslos al ninguneo… la historia ahora no la escriben los ganadores ni tampoco los perdedores, la escriben los populares.
La popularidad y la frivolidad destacan en estos peculiares resúmenes, descuella en ellos exclusivamente aquello que fue lo suficientemente masivo como que para que la gente lo recuerde con facilidad, se destaca un evento por su impacto mediático no por sus consecuencias socioculturales, se privilegian la difusión de los “qué’s” y se obvian los “por qué’s” de los citados eventos.
¿Qué ocurrirá cuando futuras generaciones quieran aproximarse a lo acontecido en un año como este 2008? Seguramente algunas, muchas de ellas recurrirán a esta historia enlistada de fácil acceso y lectura, y creerán que lo contenido en dichas listas es un claro y puntual resumen de lo acontecido en el periodo correspondiente, la curiosidad menguara pues si los contemporáneos ya hemos establecido lo que es digno de destacarse, para que molestarse en rescatar aquello que nosotros mismos hemos enterrado.
¿Cuál es el propósito detrás de esta manía por resumir la historia en una lista? Supuestamente el establecer un resumen, esquematizando por su jerarquía, prioridad y trascendencia, de lo acontecido en el transcurso del año. ¿Nos sirve ello de algo? Sinceramente creo que no, un periodo de tiempo debe de estudiarse en su conjunto, no limitarlo a un enlistado en el cual se enumeren hechos aislados, debiéramos de dedicarnos a analizar este 2008 en su totalidad y no remontarnos a acontecimientos exclusivamente anecdóticos.
29 de diciembre de 2008
Más sobre el error en carne propia
26 de diciembre de 2008
Divagaciones # 7 ... el error en carne propia
¡Oh sí!, los padres de mi amigo cruzaban por esa etapa que todos los padres de familia viven alguna vez en su vida: la crisis matrimonial. Pero la novedad aludida anteriormente no radicaba en ello, ya que, como lo enfaticé atrás, todos los matrimonios entran alguna vez en crisis. Lo realmente novedoso fue el que mi amigo comenzara a platicarme sobre, los que él cree, son los errores de su padre como padre, no eran frivolidades las que me enumeraba, me hablaba sobre las cosas que su padre nunca le enseñó o aquellas que le enseñó erróneamente... tras algunos minutos en los cuales perfectamente me di cuenta de que lo que mi amigo buscaba era el desahogo, intervine con uno de esos discursos plagados de buenas intenciones pero completamente alejados de la realidad, sin embargo, entre tanta postura políticamente correcta creo que le dije algo que valía la pena: que se juzgara como hijo con la misma lupa con la cual juzgó a su padre.
Sé que mi discurso cursi y empalagoso se esfumó más rápido que la resaca del día siguiente, aunque debo de decir, con cierta alegría, que en estas fiestas decembrinas vi a los padres de mi amigo juntos y contentos.
Y así como los padres de mi amigo sufrieron su crisis, mi círculo de amigos vivió también algunos conflictos este año, no pasa desapercibido el que en nuestras más recientes reuniones queden algunas sillas vacías, aunque por otro lado, otros volvieron a ocupar aquel lugar que en alguna ocasión dejaron vacante.
La semana pasada regresábamos de una fiesta un amigo y yo en el coche de éste, me preguntó si me había enterado de que tuvo algunos problemas con fulanito, le dije que sí y que qué pensaba hacer al respecto, ¿hablaría con fulanito o dejaría que el tiempo sanara las heridas?, me respondió que esto último. Hace poco, también a altas horas de la noche (sí, la farra ha estado con todo últimamente), hablaba con mi amigo Cristian Mujica, la amistad entre nosotros se deterioro básicamente por mi culpa, lo acepté, lo acepto y espero que algún día la herida que muestra una costra de sangre seca cicatrice por completo. Cuando algo tan importante como lo es una amistad esta en juego, bien vale la pena aceptar y enmendar los errores que hemos cometido, más en estas épocas navideñas en las que a muchos se les ablanda el corazón.
22 de diciembre de 2008
Protesta social without limits

En el más reciente número de la revista nexos aparece el diagnóstico de algunas ONG entorno a los derechos humanos que en breve será entregado a
17 de diciembre de 2008
¿Oponerse a qué?

En México la oposición partidista (entiéndase por ello, la de izquierda) vive momentos aciagos, más allá de aquellos sectores que supuestamente tienden al radicalismo o de sus insorteables divisiones internas, es su incapacidad para la negociación y el diálogo lo que la mantiene atascada. Dos aspectos a destacar: su incapacidad para tolerar las ideas, ya no digamos las ajenas sino incluso las divergencias que se suscitan bajo su propio techo; y su imposibilidad para hacer valer una fuerza en el congreso que nunca antes habían tenido.
9 de diciembre de 2008
Humberto Moreira as Travis Bickle
Quizás ustedes recuerden aquella película que causó cierto impacto en la década de los 70’s: Taxi Driver. En ella su protagonista, Travis Bickle, decide llevar su discurso con tintes evangélicos de las palabras a las acciones, cansado de ver a diario el como una cantidad considerable de escorias humana infectan las calles de Nueva York se decide a limpiar éstas con sus propias manos, armándose hasta los dientes confronta y ejecuta a un grupo de padrotes que explotan las carnes de una indefensa adolescente.
6 de diciembre de 2008
Las enseñanzas de mamá # 5 … la nota roja que alecciona
Pues bien, en el transcurso de la semana mi mamá me dio a conocer la más reciente tragedia que leyó en la nota roja: un choque, provocado por uno de esos espléndidos ciudadanos cuya rebeldía anárquica consiste en pasarse los altos, colisionó contra un automóvil conducido por eso ciudadanos apáticos que únicamente avanzan cuando la luz del semáforo está en verde, el saldo, dos personas muertas, obvio, viajaban en el vehículo conducido por el apático.
Siempre me he preguntado que ganan aquellos ciudadanos rebeldes sin causa cuando se pasan un alto, he llegado a pensar que a los hombres anárquicos les crece el pene cada que violan una señal de tránsito y que a las mujeres anárquicas les ocurre algo similar pero con su busto, pero aquello me parece un disparate, creo que en realidad no ganan absolutamente nada.
La rebeldía de pasarse un alto es un acto francamente absurdo, una manifestación estéril que no brinda beneficio alguno, no le encuentro nada célebre, no es realidad un acto anárquico sino uno netamente egoísta.
Mi mamá me contaba la noticia compungida por la tragedia, a mí me conmocionó la absurda dizque rebeldía que la provocó.
3 de diciembre de 2008
La duda, el montaje y el Photoshop

Describiré brevemente una pequeña anécdota que aconteció en el lugar en el cual trabajo: uno de los trabajadores que laboran conmigo no tiene oportunidad alguna de accesar a una computadora, el suyo es un trabajo netamente físico, pero por azares del destino tuvo la oportunidad de entretenerse durante algunos minutos en una computadora. Se sentó y comenzó a teclear lentamente, aparentemente el resultado de su búsqueda por Google fue satisfactorio pues sonrió sonoramente, de inmediato nos invitó a todos los que estábamos a su alrededor a que atestiguáramos su descubrimiento: el video de Belinda que tan comentado fue durante el transcurso de la semana pasada. Lo que me llamó poderosamente la atención no fue el que todos accediéramos a ver el breve momento íntimo de una adolescente hecho público, sino los comentarios que se suscitaron, ninguno de los ahí presentes emitió comentario alguno sobre la anatomía de la expuesta, toda la tertulia se debatió entorno a la veracidad o no del video. Los argumentos no faltaron, desde el timbre de su voz hasta el tamaño de su seno, no se llegó a conclusión alguna más allá del escepticismo.
Pues sí, así de mal andamos, nos tenemos tan poca confianza que no atinamos a afirmar siquiera si un video es verídico o no. Entre nosotros todo se ha vuelto suspicacia, ir a denunciar un delito suele ser sumamente infructífero pues se tiene menores probabilidades de obtener alguna resolución favorable que el obtener alguna remuneración económica apostando en la ruleta, ahí está el ejemplo de Nelson Vargas: un padre de familia que asfixiado por la impotencia que siente expresa coléricamente que la inefectividad policiaca es el símil de “no tener madre”. Un otrora ícono de la fiabilidad ciudadana, como lo era el policía, es ahora puesto en duda.
Pero se tendría que ser sumamente ingenuo como para creerse que el problema de la falta de confianza recae exclusivamente sobre nuestras autoridades, por el contrario, es parte de nuestra cultura: el compañero de trabajo es poco fiable porque es dado a chismorrear, el esposo porque llega tarde a casa, el peatón aquel porque está atiborrado de tatuajes y seguramente ha de ser un ladronzuelo…
Hemos perdido la confianza en el prójimo, dudamos de las personas que nos rodean, la convivencia diaria se sostiene pero está infectada por la epidemia de la desconfianza, las relaciones no se han roto, quizás incluso éstas se hayan fortalecido, pero no es lo conocido lo que se ha puesto en tela de juicio, es lo desconocido lo que se ha vuelto dubitativo. En este contexto en nada nos favorece que diversos gobiernos estén lanzando una convocatoria a la población: denuncien al prójimo, sospechen del otro.
1 de diciembre de 2008
Más sobre la fabulosa vida
No es que esté en contra de que la gente se divierta con las posibilidades que su bolsillo les conceda, pero hacer del derroche un acontecimiento celebrable me parece más frívolo que las películas cuya sustancia son los senos de Martha Higareda.