12 de mayo de 2010

Me acuerdo

El año pasado intercambié un par de mensajes con cierta persona, me llamó poderosamente la atención que en aquella breve conversación me recalcara que no le gustaba recordar.


Hace un par de meses leí un libro que ni por equivocación le recomendaría a aquella persona, pero que al resto se lo recomiendo ampliamente: Me acuerdo de Joe Brainard.


El libro de Joe Brainard se cimienta en la sencillez de los recuerdos, su edificación va de recuerdos tan personales que parecen no tener cabida en el libro, a otros tan “universales” que invariablemente remiten al lector a la evocación de otros tiempos. Transcribo más-de-un-par de recuerdos contenidos en el libro:


Me acuerdo del problema casi exclusivo de la infancia de perder cosas a través de un agujero en el bolsillo


Me acuerdo de los grabados en los pupitres y de pasar la punta del Boli una y otra vez por encima


Me acuerdo de los calcetines que siempre se bajan


Me acuerdo de pasar la mano por debajo de las mesas de los bares y notar todos los chicles


Pensándolo bien, a aquella persona que no gustaba recordar, le recomiendo ampliamente la lectura del libro de Brainard para que se cerciore de que recordar, no es tan malo; al resto, le recomiendo que no solo lean, sino que escriban (aunque sea oralmente) la infinita e interesantísima historia de sus recuerdos.