31 de marzo de 2009

Más sobre la metamorfosis

No soy el único que nota un deterioro en Aguascalientes. Enrique Rodríguez Varela en La Jornada Aguascalientes y Jesús Orozco Castellanos en dos colaboraciones para Crisol Plural (1 y 2), tienen una opinión similar. Aunque hay quienes, como tazy en su blog, afirman que pese a todo, los hidrocálidos seguimos creyéndonos el centro omnipotente de México, opinión que respeto mas no comparto.

La metamorfosis


En ocasiones, sencillamente se nos hace imposible el no caer en la facilidad que nos lega el lugar común, me ocurre ahora, no encuentro una mejor metáfora para describir lo que le está ocurriendo a Aguascalientes que el recurrir a aquella novela de Franz Kafka que se ha convertido en referencia obligatoria para múltiples ensayistas mexicanos: La metamorfosis.

Semanas atrás escribí un artículo en el cual describía el sentimiento, que creo, guardamos la mayoría de los hidrocálidos respecto al que idealizábamos como nuestro feudo inquebrantable, y que a últimas fechas, luce bastante profanado. Pues bien, acabo de regresar de un breve viaje y descubro, ciertamente alarmado, que el deterioro de nuestro estado ya se percibe sin disimulo en la periferia.

Anteriormente, cuando viajaba por estas fechas, las preguntas que me hacían la gran mayoría de los curiosos se centraban en el tópico de nuestra afamada verbena abrileña: “¿Cómo se pone la feria?”, “¿Qué hotel nos recomiendas?”, “¿Qué días estará Alejandro Fernández en el palenque?”; cuando no, se hacía un desmedido elogio sobre la tranquilidad que perneaba en la tierra de la gente buena. No más. En ésta ocasión hubo quien incluso, recurriendo al tremendismo más sensacionalista, juraba y perjuraba que había escuchado por ahí que la feria iba a ser cancelada debido a los altos índices de violencia registrados en nuestra entidad. Así es, el nuevo gran tema de nuestra ciudad se ha convertido, de la noche a la mañana, en el del narcotráfico.

Pese a que la mayoría de los curiosos fueron breves en cuanto a sus palabras, pude armar con éstas un retrato imaginario de cómo supongo que ellos se imaginan Aguascalientes: un territorio controlado por el narcotráfico, una plaza de los zetas –todos los curiosos mencionaron ésta palabra-, con violencia explícita en las calles, una interminable pasarela de balas y sangre que atestiguamos día con día, una situación que “está fea” –descripción ampliamente mencionada por los curiosos-, una población que vive atemorizada y enclaustrada.

Algún avivado podrá derrumbar con suma facilidad mi planteamiento, argumentará que las que escuché fueron voces excepcionales, que mi muestreo aleatorio es una reverenda tomadura de pelo que no demuestra que las opiniones que escuché sean estadísticamente una percepción generalizada que se tenga sobre Aguascalientes. Ciertamente, tendrá toda la razón, pero mi razonamiento no pretende abordar la estadística sino la percepción.

Y se puede percibir con claridad, pocos lo dudan ya, que Aguascalientes se está metamorfoseando, que aquel paraíso, imaginario quizás, pero paraíso al fin, se ha esfumado. El gran problema ahora es que nos encontramos en un trance en el cual nos destacamos por nuestra absoluta indefinición, si algo habemos de reclamarle a nuestros gobiernos locales es que no nos dicen cual es nuestra situación, gran parte de la población está desconcertada y ellos no atinan a hablarnos de frente, declaraciones como “la plaza no está vendida” o “hay elementos corruptos” no nos ayudan en nada. La plaza no está vendida, ¿pero qué tan contagiada está por las células de la delincuencia organizada?; hay elementos corruptos, ¿pero cuántos son?, ¿alcanza esta corrupción a nuestros altos mandos?. También hay que hacerle preguntas a nuestra sociedad, que no sea ésta hipócrita, Aguascalientes no ha sido, ni es, parte de alguna ruta del narcotráfico, si la plaza está en disputa es porque el mercado interno es importante, ¿qué tan grande es el consumo de drogas en nuestro estado?.

Recién estamos despertando de nuestro letargo y sentimos que algo extraño nos ha ocurrido, como la mañana en la cual Gregorio Samsa se descubrió convertido en insecto, nosotros sentimos que no somos los mismo que completamente enamorados nos fuimos a dormir un miércoles 14 de Febrero de 2007, el subsiguiente “jueves negro” nos derrumbó, y a más de dos años de distancia, sabemos que hemos cambiado pero no sabemos en que nos hemos transformado.

29 de marzo de 2009

Sobre la caridad

Recomiendo ampliamente la lectura del simpático texto Una limosnita, por amor de Dios de René Avilés Fabila publicado en Excélsior.

...

Hablando de dicho escritor, lamento que desde finales del año pasado la revista Universo de el Buho, de la cual es director, no se distribuya más en la librería EDUCAL de Aguascalientes. Misma suerte tuvo, pero a inicios del año pasado, la revista Blanco Móvil. En fin. Era solo para desahogarme.

25 de marzo de 2009

Lluvia de lecturas # 1

Algunas lecturas interesantes que me he encontrado en diversas revistas:

Historia de un computador, un muy entretenido cuento de Alejandro Zambra que aparece en la revista Letras Libres.

Las crónicas El infiltrado de David Aponte y El regreso sin gloria de Jaime Nunó de Héctor de Mauleón; así como el ensayo Historia y ficción de Enrique Florescano, todos ellos publicados en la revista nexos.

Los muy irónicos ensayos Ojos claros, piel canela de Carlos Galindo y La estupidez no tiene ismo de José Luis Justes Amador, ambos incluídos en la más reciente entrega de la revista Parteaguas.

Y por úlltimo, otro cuento hilarante, Ciudad. Once años de Édgar Velasco, que por desgracia, no aparece en la versión online de la revista Replicante.

19 de marzo de 2009

Piénsale


Se difunden con cierta frecuencia, en radio y televisión, unos peculiares anuncios en los cuales se muestran unos mosaicos de rostros y voces que le tienen una muy importante recomendación al pueblo de México: “piénsale y vota”. La campaña a cargo del IFE contiene una moraleja explícita: si razonamos, si meditamos nuestro voto, en una de esas podemos atinarle al bueno y tendremos entonces, por fin, gratos gobernantes.


Ok, si la receta es en realidad tan simple como nos lo hace creer el IFE, busquemos entonces los lugares que nos permitan informarnos, para poder así, pensar bien nuestro voto y ejercerlo con la absoluta seguridad de que estamos eligiendo al mero mero. Mauricio Merino confesaba en El Universal que se dio a la tarea de leer las plataformas presentadas por los partidos políticos con miras en los próximos comicios -debiéramos aplaudirle por ahorrarnos tan valioso tiempo de lectura-, en su empeño llega a conclusiones poco alentadoras: “los partidos muestran la confianza que tienen en sí mismos, en sus ideas y en su capacidad para resolver prácticamente todos los problemas” (plop!); “no es evidente que cada uno de ellos tenga una visión completa del país y de los problemas que deben afrontarse desde el Poder Legislativo. Los textos que leí son, más bien, una suerte de miscelánea de diagnósticos parciales, casi todos incompletos y desconectados entre sí, que les permiten a los partidos dirigirse a todos los públicos en una amplia variedad de temas” (plop!); “la oferta de redención negociada por los partidos y su fe en la voluntad propia. Como si de veras pudieran” (y más plop!). En resumen: puro egocentrismo propagandístico.


Pero seamos realistas, ¿qué mexicano lee las plataformas presentadas por los partidos políticos? Muy pocos, ha de haber incluso por ahí varios políticos que andan pregonando una plataforma que ni siquiera han leído. Busquémosle mejor por otro lado.


La pauta publicitaria, el spot, es la mayor oportunidad que tenemos como ciudadanos para entrar en contacto con las propuestas ofrecidas por los partidos políticos, en breves treinta segundos se nos ofertan propuestas que llegamos a conocer más por su reiteración que por su sólida consistencia. Sin embargo, nuestros partidos políticos son tan malos que ni siquiera pueden hacer spots que resulten atractivos –ya no digamos informativos- para la población, pretenden seducirnos con el elogio en primera persona, la consigna y la porra, dejando a un lado el análisis conciso y la propuesta concreta. Jesús Silva-Herzog Márquez se ha percatado de ello y lanza una divertida convocatoria en su blog: una encuesta para determinar cual es el partido político que ha elaborado el peor spot. La competencia resulta encarnizada.


Seamos realistas, idealizar el raciocinio del voto es una ingenuidad, por desgracia no contamos con sólidas bases que nos permitan emprender la aventura del ejercicio racional. Si no meditamos nuestro voto es porque no creemos lo que nos dicen -no es gratuito que la credibilidad que tenemos en nuestros partidos políticos esté a punto de tocar foto-, si no pensamos es porque nos parece improductivo departir sobre mentiras y patrañas. En este sentido las conclusiones de Mauricio Merino resultan esclarecedoras, la mayor propuesta de nuestros partidos políticos es el hacernos creer que son ellos la cura de todos nuestros males, ¿de verdad creen que somos tan ingenuos?


Estamos a menos de cuatro meses de que se lleven a cabo las elecciones federales y los partidos políticos están demostrando una asombrosa capacidad para provocar bostezos en la ciudadanía, si los partidos políticos se dedicaran a la prostitución no levantarían un solo cliente ni desprendiéndose de su sostén. La situación a nivel mundial y nacional son preocupantes y la imaginación de partidos políticos únicamente los lleva a erguirse como el arroz de todos los moles … ¿de verdad debemos de pensar tanto nuestro voto? No, dediquemos mejor nuestro tiempo a otras actividades, a nuestro voto dediquémosle un de-tin-marin-de-do-pingue, una corazonada, la anulación o de plano el abstencionismo, ya que al parecer, no nos queda de otra.

18 de marzo de 2009

La lección del día # 4 ... momento histórico

Desde el domingo pasado, hasta estos imprecisos momentos, no había podido accesar a mi PC, supongo que ésta está aquejada por el virus del SIDA o algo por-el-estilo pues últimamente muestra un preocupante déficit de glóbulos blancos, de todo se anda descomponiendo la pobre. Me dí tiempo entonces para leer algunas cosillas, entre ellas, el Dietario voluble de Enrique Vila-Matas, en él cuenta el escritor barcelonés que en cierta ocasión perdió toda la información que guardaba en su computadora, entristecido salió a dar un paseo, entre su andanzas y vagancias llego a pensar que el disco duro afectado era el suyo propio y no el de su computadora.

Pero la lección que aprendí leyendo el Dietario voluble no es sobre computadoras, como a Vila-Matas y a mí, a muchos otros más se les ha borrado en alguna ocasión el disco duro. La lección que aprendí -para el escritor histórica- es la siguiente:
He revisado el encontronazo en televisión, hacia 1980, de Catherine Ringer con Serge Gainsbourg. Lo primero que se ve allí es a Ringer, cantante del dúo Les Rita Mitsouko y moderna de nuevo cuño, sentada junto a uno moderno consolidado, el voluble Gainsbourg. No tarda en producirse el previsible choque, tal vez generacional. Ringer, con afán de épater al moderno consolidado, contó que había trabajado en películas porno y fue interrumpida por un despectivo Gainsbourg que le dijo que eso era simplemente hacer de puta y no podía ser más vomitivo. Se atascó un buen rato la conversación ahí, porque Ringer (artista genial que me descubriera Sergi Pàmies el invierno pasado) se negó a aceptar que ser actriz porno fuera algo repugnante y ella una puta. Gainsbourg insistió en que ser puta era algo nauseabusndo. Ringer dijo entonces que precisamente el asqueroso era él, pero acabó aceptando, con una media sonrisa, que su pasado era repugnante. "De todos modos", se escusó Ringer, "mi trabajo forma parte de la aventura moderna". Y ahí es donde se reveló y se revolucionó todo, y el momento acabó siendo memorable.
Ah, no! -dijo un exaltado Gainsbourg-. La aventura moderna no es repugnante. Nosotros tenemos ética.
Si Rimbaud en el siglo XIX sembró en Francia la esencia del ser moderno, Gainsbourg, en la misma Francia, señaló el fin del "todo vale", marcó los límites morales de la vanguardia y dio la primera patada a la modernidad sin ética. Un momento histórico.
Cierto, un momento histórico. Máxime en estos momentos posmodernos en los cuales se puede encontar uno con varios sujetos nostálgicos que claman por la infalible ética.

11 de marzo de 2009

La lección del día # 3 ... los impuestos de Slim

Las arcas financieras del señor Carlos Slim le hacen nulo honor a su apellido, están en realidad bastante pasaditas de peso, son obesas en extremo. Sobre nuestra millonaria celebridad se especulan varias cosas: ¿Cuándo llegará a ser considerado el hombre más rico del mundo por la revista Forbes?, ¿Es prestanombre de Carlos Salinas?, ¿Será cierto eso de que se acuesta con la reina de no-sé-que exótico país?...

Nunca me había preguntado cuanto paga de impuestos el magnate. Hoy, Luis Miguel González revela dicho dato en su colaboración para Milenio. Listos...
¿Sabe usted cuántos impuestos paga el Grupo Carso de Carlos Slim? En 2008 fueron 117 mil 162 millones de pesos. Sin contar a Pemex y la CFE, no hay un contribuyente más grande.

Los impuestos que paga el Grupo Carso equivalen a la suma de los presupuestos de cuatro estados: Jalisco, Nuevo León, Colima y Nayarit. Son 320 millones de pesos diarios, mayores a las contribuciones fiscales que hacen todas las pequeñas empresas de México y valen 1 por ciento del PIB nacional.

Juro que no vuelo a quejarme de los míseros centavos que le otorgo a Hacienda.

9 de marzo de 2009

Nosotros los paupérrimos


Probablemente varios lectores recuerden la desafortunada historia de Pepe el Toro en Nosotros los pobres: un carpintero cuya vida era ensombrecida constantemente por las desgracias, quizás la mayor de ellas, era el ser pobre. Su pobreza desembocará en una imparable avalancha de injusticias que llevarán a Pepe el Toro a la cárcel, y al espectador a presenciar una secuencia que ha sido clave en nuestra educación sentimental: a nuestro carpintero van a embargarle su taller y casa, en el colmo de la usura despojan a su inválida madre de su silla de ruedas y la dejan tendida en el suelo, en la nada.


Traigo a colisión la película dirigida por Ismael Rodríguez porque es una prueba fehaciente de que el pueblo mexicano se siente y se sabe pobre. La querella provocada por la enorme desigualdad económica existente en nuestro país se vislumbra desde el título: somos Nosotros los pobres y en la lejanía, apartados de nuestro hábitat se encuentran Ustedes los ricos.


Los consejeros del IFE nos recordaron semanas atrás nuestra condición de pueblo pobre. La puntada de autorizarse un aumento salarial del noventa por ciento, aspirando así a ganar la exorbitante cantidad de trescientos treinta mil devaluados pesos al mes, no fue otra cosa más que un insulto. Las críticas no se hicieron esperar, con la cola entre las patas y apelando a una supuestamente noble, pero en el fondo hipócrita moral, los consejeros se desistieron de tan jugoso aumento, pero como bien sentencia la inefable sabiduría popular: “la intención es lo que cuenta”. De entre el caudal de críticas rescato una pregunta que Antonio Navalón planteaba en El Universal: “¿Valen lo que cuestan?”


La rescato para plantearla a la inversa: ¿Nuestro trabajo vale en realidad lo poco que cobramos por hacerlo?. Lo digo porque viendo el noticiario Solórzano en la red se me revela un bochornoso dato, que si bien ya lo intuía, no podía probarlo: según un estudio realizado por el gobierno federal, en promedio, el trabajo del mexicano es remunerado con cuatro mil quinientos pesos al mes. Según mi calculadora, lo que un consejero del IFE deseaba ganar en un mes, el promedio de los mexicanos lo ganamos tras setenta y cuatro meses de arduo trabajo.


Se confirma así que vivimos en un país azotado por la desigualdad, en el cual se discrimina la labor de la gran mayoría de quienes habitamos el llamado cuerno de la dizque abundancia. No tengo respuesta alguna para el señor Navalón, no sé cuan brillantes sean nuestros consejeros electorales, pero sí sé que el trabajo que desempeña el promedio de los mexicanos, sea como albañiles, barrenderos, operarios, secretarias… son labores que pueden aparentar sencillez pero no por ello dejan de ser motores vitales para el andar de nuestra sociedad y economía.


Nuestra vida está llena de recuerdos, somos en gran medida todo aquello que se ha acumulado en nuestra memoria. Guardo en mi disco duro una anécdota sobre el tema que ahora estoy desarrollando: me encontraba en un puesto de comida cuya especialidad eran las tortas ahogadas, a mi lado un par de aparentes empresarios enfundados en ropas deportivas sostenían una conversación sobre sus secretarias, no hablaban para desgracia de mi morbosa imaginación sobre sus anatomías sino sobre sus sueldos, estaban estupefactos porque cuanta secretaria contrataban, secretaria que irremediablemente renunciaba al poco tiempo. Fue entonces cuando uno de los aparentes empresarios vociferó con sumo desdén el mísero sueldo que les ofrecían… y fue entonces cuando lo comprendí todo. Pero bueno, según uno de los pocos personajes acaudalados que se asoman en Nosotros los pobres: “Ustedes los pobres son felices porque tienen el amor”. Uf, menos mal, que gran alivio.

5 de marzo de 2009

Divagaciones # 9 … las fotos con celebridades

Veía el otro día un capítulo de los Simpsons de esos que uno puede llegar a ver más de cien veces y no pierden una pizca de su eficaz comicidad. Total, lo que me llamó la atención fue esta secuencia: Bart Simpson acude entusiasmadísimo a una firma de autógrafos en la cual estará presente ni más ni menos que su ídolo Krusty, cuando le toca su turno el payaso le requiere a Bart su nombre y éste extrañadísimo le responde que él es ni más ni menos que el mismísimo Bart Simpson, y resume brevemente la larga historia que les une: él es quien le ha salvado de ir a la cárcel, quien ha relanzado con éxito su carrera artística, el que ha logrado reunirlo con su padre… Krusty parece no recordar, ni remotamente, ninguno de los citados acontecimientos, le obsequia un apresurado y mecanizado autógrafo e inmediatamente después hace pasar a quien le sigue en la fila.


Aquella secuencia me llamó la atención, entre otras cosas, porque divagando por el facebook, hi5 y demás redes sociales, me topé con algunos contactos –no todos, ni siquiera la gran mayoría, pero sí algunos- que muestran con orgullo las fotos que han logrado tomarse con algunos cuantos famosos, incluso me he topado con algunos especímenes que solamente suben las fotos que se han tomado junto a celebridades, el resto de los mortales no tienen cabida dentro de sus álbumes fotográficos.


Dicha actitud me parece irrisoria. Ok, comprendo perfectamente el que alguien tenga un ídolo máximo, que logró conocerlo por azares del destino algún día, que se tomó una foto con él o ella para inmortalizar el momento en el cual ídolo y fanático estuvieron a la misma altura, y que haya decidido mostrarle al mundo la evidencia fotográfica de su triunfo personal. Pero ello dista mucho de la enfermiza actitud de quienes buscan a toda costa la foto con el famoso, no importa que se le idolatre o no, lo importante para estos enfermos es que el personaje es un famoso y hay que tomarse una foto con ellos para presumirla después, presumen así como un triunfo lo que para la celebridad fue un momento desechable. Aquello ya no me parece risible sino lamentable.


Nunca he sido asiduo posando para las fotografías, tengo en realidad muy pocas, ninguna con algún famoso. Recuero que en mi tierna infancia me tomé fotos con un futbolista y un torero de quienes ya no recuerdo ni sus nombres. Si algún día pudiera recuperar fotos extraviadas de mi infancia, las que me tomé junto a aquellos deportistas anónimos no entrarían dentro de mis prioridades.