4 de agosto de 2008

La amistad ampliamente recompensada


Por estas fechas, en diversos países: Argentina, Estados Unidos, Paraguay... se celebra el denominado: "Día del amigo". En México, a la conmemoración de la amistad no se le ha asignado fecha alguna.

¡Cruel ironía!. El país en el cual, según Octavio Paz: "el solitario mexicano ama las fiestas", no se festeja ni pública, ni oficialmente a la amistad.

La anécdota podrá resultar menor para la basta mayoría: Por un lado, suele afirmarse que los mexicanos (aunque usualmente sin datos concretos) somos una raza perezosa, poseedores de un calendario colmado con festividades y asuetos; por el otro, el país se encuentra supuestamente cimbrado por affairs tales como: El petróleo, el chapopote, las consultas y los gasolinazos... ¿Por qué ocuparnos de una celebración tan nimia?, ¿A quién le puede importar la amistad en estos días de combate?.

A mí, seguro estoy que al igual que a la gran mayoría de los mexicanos, verdaderamente me importa la amistad. La disolución de la familia tradicional y la transformación del urbanismo citadino que se dio el siglo pasado, motivó a que los flujos de la convivencia posmoderna giren mayoritariamente entorno a la amistad.

Hoy en día la amistad es una necesidad social para todo aquel que no quiera estar condenado al aislamiento y a la soledad, pero es sobretodo una cualidad humana, la retroactividad, tan difícil de encontrar en los tiempos actuales, se otorga y se recibe sin necesidad alguna de sacrificios en el ritual de la amistad.

Ser amigo es un compromiso placentero: Compromiso porque la camaradería infiere un deber, se pacta un acuerdo no escrito, el amigo adquiere obligaciones tácitas, escucha y aconseja, habla y entretiene, actúa sin recibir recompensas, calla sin otorgar; pero la amistad es también un placer intangible e infinito, no provocará orgasmos, pero las risas, los abrazos, las lágrimas, las anécdotas y la satisfacción de saber la importancia que se tiene para alguien en algún rincón de este mundo es una recompensa impagable.

La amistad concede trascendencia en un mundo donde la insignificancia atosiga al ser humano, en el que la persona común vive en una monotonía improductiva para el prójimo y apenas productiva para sí mismo, en el resquicio de la camaradería se encuentran atisbos de trascendencia, la mejor recompensa de ser amigo es dejar huella en el prójimo quien nos paga con la misma moneda, otorgándonos su amistad.

Que en México no se celebre el "Día del amigo" podrá ser un acontecimiento menor, pero no por ello desairable, plantearnos la posibilidad de conmemorar la amistad no debería de obsesionarnos, pero tampoco nos correspondería desatenderlo. La camaradería es uno de los escasos valores gratificantes en las sociedades contemporáneas, opacada eternamente por la vitalidad idílica que ocupa el amor en las relaciones interpersonales, deberá de llegar pronto el momento en el cual reconozcamos el verdadero valor de la amistad.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola,
queria comentarte que tu blog es muy bueno, no seguido uno halla blogs de mexicanos como tu.
No he leido todas las entradas, pero las que llegue a leer me ponen a pensar muchisimo, porque tienes gran parte de la razon.
Bueno, espero no parecer ridicula con mi comentario, o ~o~a, solo queria decirte que haces un gran trabajo.

Felipe Nava dijo...

coincido contigo, celebrar la amistad con miles de regalos a los amigas solo por un ida la año no es algo que nos deba quitar el sueño, yo celebro a mis amgios dia a dia, se pude llamas familia de eleccion, pero creo que simplemente son mi familia, la verdad les tengo tanto amor como se les puede tener a una persona. simplemente sin ellos no soy yo

Anónimo dijo...

Gracias por sus comentarios. Espero poder seguir posteando con mayor frecuencia.

Slds!