Heriberto Yépez escribió para Laberinto un pequeño ensayo titulado Memín Pinguín y el mexicano en el cual sostiene: "En esta cultura (la mexicana), a la tortura se le cree ternura. Y al racismo: cariño."
El artículo de Yépez me parece absurdo, no sólo porque brinca libremente de un tema a otro con una superfluidad pasmosa; no por sustentar arteros juicios con argumentos apenas sostenidos con alfileres; sino porque muestra un marcado conservadurismo enmascarado por un lenguaje de onda e infestado de adjetivos calificativos basura.
Evodio Escalante en su ensayo Fichas para (des)ubicar a Heriberto Yépez sostenía: "Desde la época de Alfonso Reyes y de José Emilio Pacheco, heresiarcas modestos pero a la vez imprescindibles, no había surgido entre nosotros alguien que tuviera este sentido de la inteligencia promiscua, este disfrute lúcido del logos convertido en heterología." ... bastante condescendiente. A mí, alguien que concluye su ensayo con una defensa de la censura: “en esto, Wal-Mart, ¡incluso Wal-Mart!, es más sensata. Memín es nuestro racismo más amable.", me deja severas dudas sobre sus portentos intelectuales.
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