15 de julio de 2008

El espectador de cine, ¿especie en extinción?



La revista argentina El Amante lanza un cuestionamiento: "El espectador de cine, ¿especie en extinción?"

En un foro de cine se comparte información y se debate al respecto, Los espectadores de cine se están extinguiendo?


A continuación, mi aporte:

Basándome meramente en lo que acá he leído, debo de decir que coincido con la opinión del forista Dedalus, iniciar un debate ofendiendo al espectador (“manada de ovejas, que se comporta de manera estúpida y dócil”), me parece atroz... ¿A qué conclusiones nos puede llevar un debate que así se inicia?. Más conveniente me parecería plantearle incógnitas al espectador, interrogarlo.

Noto que nadie da un concepto de lo que se entiende por "espectador tradicional de cine", mi intuición masculina me dice que los autores están preconcibiendo una imagen excesivamente romántica de aquellos... ese lugar común del “todo tiempo pasado fue mejor”.

Yo tampoco podría aportar una definición precisa, pero fundamentándome en algunas referencias, creo que el cine nunca fue el espacio predilecto para ir a poner a prueba el intelecto. Recuerdo las novelas de Garibay, Ramírez y Zapata, las películas de Fellini, Hermosillo y Tornatore, las historias del cine de García Riera, Gubern y Sadoul... en ellas se describe o se plasma la vida al interior de los complejos cinematográficos, y en ninguna de ellas se les retrata como el lugar preferido para la reunión de las elites culturales, se le describe como un lugar de esparcimiento, para la broma, para la convivencia, para el ligue... un quiebre para descansar de la acidez provocada por la rutina laboral.

Hoy en día sigue ocurriendo algo semejante, para mucha gente, el cine representa la única salida que se tendrá en la quincena, trabajan duramente durante quince días y su único esparcimiento será reírse de Ben Stiller o vitorear a Vin Disel.

En México, el entretenimiento en el cual más dinero gastamos los mexicanos, es en la ida al cine... los conciertos, los balnearios, las vacaciones... son demasiado caros, la gente prefiere, o se conforma, con ir a desestresarse al cine.

Creo que quienes hoy denigran al espectador cinematográfico, exhibiendo con ello su desbordante vanidad y su muy nublada lectura sociológica, no recuerdan del todo como fue el nacimiento del cine, su esencia: Una atracción de feria, más cercanas a las carpas, que al vedetismo de la “culturita” (Armando González Torres dixit).

No es gratuito que a quien acude al cine se le considera como un espectador, no es un lector que descifra un texto, sino una persona a la expectativa de lo que la magia del cine le obsequiará por un lapso de dos horas.

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