12 de enero de 2009

Aguascalientes alicaído


En cierto programa televisivo, escucho al politólogo Carlos Elizondo Mayer-Serra sentenciando que es Aguascalientes el ejemplo perfecto del deterioro que actualmente sufre el país. Un estado que –según sus propias palabras- tenía estándares de vida de primer mundo y ahora ha dejado de ser ejemplo de excelencia a nivel nacional.

A lo largo del transcurso del periodo vacacional recientemente concluido, pude hablar con gente oriunda de éste estado que por diversos motivos -de estudio o de trabajo principalmente- dejaron la ciudad. De ninguno de ellos escuché intención alguna de regresar a Aguascalientes, pero más allá de eso, los que aquí vivimos sin dudar les sugerimos que no retornaran (al menos por un tiempo).

Es esa una triste realidad de nuestro estado. Más allá de los comentarios provenientes de aquellos que llegan a conclusiones a partir de la interpretación de ciertas estadísticas, o de la certeza de que para progresar hay que emigrar forzosamente; es el sentimiento de desilusión del hidrocálido para con su tierra el mayor indicativo de que Aguascalientes está alicaído.

Cuando un visitante llega a estas tierras el hidrocálido que lo recibe le cuenta con cierta nostalgia que el Aguascalientes que ahora ve no es aquel paraíso que solía ser apenas unos cuantos años atrás. El orgullo que se tenía por habitar en la tierra de la gente buena se ha ido desvanecido, ahora miramos con melancolía lo que un día fuimos y ya no somos más.

El asfalto que antaño alojaba exclusivamente caucho y algunos cientos de topes es ahora visitado ocasionalmente por casquillos y charcos de sangre; la ciudad en la que uno estacionaba el automóvil y podía, en un descuido, dejar los cristales bajados sin lamentar las consecuencias de su equívoco tiene ahora un altísimo índice de robo a vehículos y casas habitación; el Aguascalientes que desconocía lo que era el desempleo ahora lo padece y varios de los que están empleados reciben quincenas francamente raquíticas.

Y a todo esto, ¿Cómo han respondido nuestros gobernantes? La palabra es el principal paliativo del gobierno federal, para combatir la crisis anuncia con bombo y platillo un plan anticrisis -ellos siempre tan brillantes como originales. Of course-; la magna obra pública que edificó el gobierno municipal el año pasado, con la finalidad de sacar a la ciudad del tercermundismo, consistió en empedrar una calle que ya estaba asfaltada, agregándole además banquitas ¡y una fuentecita!; el gobierno del estado, ante la imposibilidad de atraer inversiones, tiene la brillante idea de mandar a sus cientos de desempleados a Canadá –oh my god! Are you kidding me?, así de nice-.

Las ofertas más tentadoras consistían en laborar como albañil en el primer mundo. Esperemos además que a los contratados no les pase lo mismo que a los empleados en el Estado de México por el gobierno de la ciudad de Québec, el cual ante la crisis, tuvo que cancelar las once mil plazas de trabajo que había ofertado y acordado.

Carlos Elizondo Mayer-Serra tiene razón, Aguascalientes es el reflejo perfecto de las consecuencias de nuestras crisis como nación. Acá, ante la tempestad, nuestros gobernantes se han dedicado a arreglar una ilusoria fachada cuando al interior de nuestro estado las paredes se están derrumbando. Francamente lamentable.

2 comentarios:

Julio Parada dijo...

Curoseado, (Mas bien de flojo en internet) me encontre este post, que sinceramente es bueno, yo soy hidrocalido, y me la he pasado algunos años de mi vida fuera del estado enterandome solo por lo que la familia (que incluye amistades) o las noticias pueden decir.
Aguascalientes lo pintan como la Utopia de Tomas Moro (con sus claroscuros desde luego), lamentablemente no lo es (muy larga historia), hay muchos resagos sociales, economicos, culturales y sobre todo de seguridad. En este pequeño estado esta sucediendo lo que en algunas ciudades algunos años sucedia, muchas estadisticas infladas y realidaes dolorosas. En algunos de los datos que dan los gobiernos son ridiculos los niveles.
Por cierto, eso de mandar desempleados a Canada es muy curioso. Yo estudie y vivi unos años alla y la verdad no es la panacea del orden mundia, es un pais tambien con muchos problemas economicos, y asi como ahorita es la moda Canada, tambien lo fue y en parte lo sigue siendo España, en un futuro proximo será Inglaterra, en fin , no se dan cuenta que donde deben trabajar es primero es en casa,hay mucho que hacer en este lugar.
Es Triste saber que el estado de donde muchos somos originarios es una mala version del Springfield de los Simpsons.
saludos
http//averiados.blogspot.com

tomasinjaja dijo...

Gracias por el comentario ... y suerte donde quiera que te encuentres.