28 de octubre de 2009

Sobre el menudo

El domingo al mediodía, después de una muy buena guarapeta la noche anterior, le hablé por teléfono a un amigo, pero no lo encontré en su casa, se había ido a desayunar menudo. La envidia recorrió todo mi cuerpo, yo apenas y desayuné, los domingos tengo encima doble trabajo, pero sobretodo, como se me antojó el méndigo menudo. Tengo tanto tiempo de no atragantarme con un rico plato de menudo un domingo por la mañana.

Hoy, en el blog de José de la Colina aparece un curioso poema dedicado al menudo:
Oh menudo sabroso, te saludo
en esta alegre y refrescante aurora
en que pido alimentos, pues es hora
en que tú estás cocido y yo estoy crudo.

Manjar tan delicioso jamás pudo
colocar en su mesa una señora,
con más razón si es dama de Sonora
la tierra favorita del menudo.

Por eso te distingo y te respeto,
por eso te dedico este soneto
de tu grato sabor en alabanza.

Canten mis versos frescos y elocuentes
en honor de tus cinco componentes
caldo, pata, maíz, tripas y panza.
Este domingo, sin falta, iré a desayunar menudo.

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