6 de enero de 2010

La demasiada publicidad

Amanece nublado, el frío coloretea mis mejillas -¿o acaso continúan las secuelas de aquella alergia recientemente contraida?-, más modorro que despierto (y algo tembeleque) me introduje en la camioneta, enciendo el motor y veo que no-veo nada a través del parabrisas, éste está completamente empañado, enciendo los limpiabrisas (el antiemañante de los pobres) pero no "jalan", ¿qué está pasando? -me pregunto-, descubro pronto el origen del inconveniente: un montón de publicidad impresa atasca los parabrisas, desciendo de la camioneta, retiro la publicidad y la arrojo sin más al suelo ... ¿sirven de algo estas toneladas de basura publicitaria que a diario contaminan nuestras vidas?

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