13 de octubre de 2008

Las enseñanzas de mamá # 4 ... la despedida siempre efusiva

El lunes de la semana pasada salí de viaje rumbo al jocoso defecoso, se me imposibilitó el despedirme físicamente de mi mamá por lo que ella, siempre atenta, me habló a mi celular algunos minutos antes de que mi camión partiera. Únicamente quería despedirse de mí y desearme un buen viaje.

Durante todo el trayecto pensé en la gente de la cual recientemente me he despedido: de Pancho me despedí como si lo fuese a ver el día siguiente a sabiendas de que no sería así... no lo he visto en año y medio; del Kabe me despedí muy efusivamente pese a que en mi interior guardaba la esperanza de que algún día no muy lejano volvería a ver a quien es uno de mis mejores amigos... a un año de distancia sé con certeza que lo veré en diciembre; de Miguel me despedí hace poco, sé que siempre ha sido un amigo distante pero sé también que ha sido uno de los mejores... tengo la sospecha de que nunca jamás lo volveré a ver; de Vilma me despedí hace poco más de un año, no sé si vuelva a verla y llegado el caso, dudo que quiera hablarme... yo quisiera hablar con ella durante horas; y podría dar muchos ejemplos más: Renata, Monch, Luigi...

En el jocoso defecoso me reencontré con amigos que tenía cierto tiempo sin ver, conocí también a muchas personas agradables y llego el momento en el que tuve que despedirme de ambos. A algunos los volveré a ver, a otro no... en el camión de regreso recordé a mi mamá haciendo todo lo posible por despedirse de mí. Prometo para mis adentros despedirme efusivamente cuantas veces se presente la ocasión, nunca se sabe lo que pueda suceder.

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