14 de mayo de 2009

El reparador


Prácticamente a todos nos ha pasado, nos llega de golpe ese amargo momento de desestabilidad en nuestras vidas, y para remediarlo, decidimos cambiarlo todo, cambiar incluso nuestras propias vidas.

Remedios los hay variopintos: algunos van a la estética y se hacen un muy revolucionario corte de pelo, un nuevo look, seguramente, les cambiará la vida; a otro les da por irse de compras, cambian drásticamente su guardaropa,como aquella buena amiga, siempre fodonga, que tras una desilusión amorosa, ahora le ha dado por vestirse con atractivas minifaldas; unos resultan mucho más radicales, se cambian de ciudad, si la vida no les sonríe, seguramente se debe al lugar en el que habitan, otras coordenadas geográficas les han de deparar una mejor suerte; pero lo más in, sin duda, es esa mamarrachada de vender tu vida por Internet.

Así inicia El reparador de Bernard Malamud. La historia de un hombre, que trabaja de reparador, y quien tras el abandono de su esposa, decide reparar su propia vida, huye de las provincias rurales para probar suerte en Kiev ... ¿qué fortuna le deparará?

Un libro atrapante, que te envuelve y te hace adicto a su lectura, que por momentos se vuelve asfixiante pero nunca intolerable, y que sin duda, termina siendo una fastuosa alegoría sobre la libertad. Ampliamente recomendable, de lo mejor que he leído este año.

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