8 de septiembre de 2008

La marea blanca


Por alguna paranormal e inexplicable razón, cuando enfermo (como ahora) el tiempo que dedico a ver televisión aumenta considerablemente, hago del zapping mi única medicina prescrita, no temo volverme un homo videns a medio tratamiento pues siempre me han parecido excesivas las teorías que satanizan a la televisión.

El domingo de la semana pasada vi en la televisión algo que me llamó poderosamente la atención, en el programa de La academia millonésima degeneración algunos ex-académicos liderados por un personaje cuyo nombre ni recuerdo ni pienso investigar, cantaban una versión adulterada y desentonada de Give Peace A Chance de John Lennon, el líder, de quien se podía seguir con lujo de detalle toda su excéntrica gesticulación (a la Cary Grant) pues la transmisión nos ofrecía un close-up de su rostro, ni cantaba ni vociferaba, ¡gritaba!, con una iracunda hipocresía berreaba su indignación por los altos índices de inseguridad que padecemos en el país.

Por lo que pude leer en el transcurso de la semana, tengo entendido que algo similar se dio en diversos programas: Ya Adal Ramones se indignaba y chillaba en su programa; López-Dóriga encendía su noticiario con su concisa oratoria; Javier Alatorre estaba encolerizado y se le notaba pues se erizaba su mostacho... el gran colofón fue sin duda ver al tricolor enfundado de blanco en un Estadio Azteca teñido de color merengue.

Todo lo anteriormente mencionado está tornándose patético, la cursilería en estos momentos no nos sirve absolutamente para nada, pretendemos que desciendan los niveles de impunidad e inseguridad y para ello recitamos poemas bienintencionados, pero cada verso recitado suena hueco y forzado.

No se debe de seguir ocultando el verdadero sentir de la gente, la población no está como para encender veladoras con parsimonia, no estamos en una pacífica catedral, habitamos un México incendiado y próximo a la incineración, no debemos de lanzar plegarias, debemos de exigir una rendición de cuentas y para ello no basta con repetir en automático aquello de: "Si no pueden, que renuncien".

Los mexicanos deben de empezar a actuar, no deben optar por extremismos, no deben de tomar justicia por propia mano, no deben de hacerla de detectives, no deben de arriesgar el pellejo... deben de hacerse más críticos y participativos.

Ya basta de un gobierno disfuncional, pero basta también ya de una sociedad en extremo apática, sabemos muy bien que los mexicanos contamos con muy pocas herramientas para exigirle al gobierno transparencia y rendición de cuentas, pero en gran parte se debe a que parcamente las hemos exigido, mascullamos en la sobremesa, nos mofamos de la incapacidad de nuestros diputados... y hasta ahí llegamos, patético. Está muy cool eso de vestirnos de blanco, tararear canciones de los Wailers y los Beatles, gritar con acento de indignación algunas cuantas consignas y encender miles de veladoras... no basta, para mejorar nuestro entorno tenemos que volvernos ejemplares críticos de éste.

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