22 de julio de 2009

El aviso clasificado


Eran principios de año, lo recuerdo perfectamente porque uno de mis mejores amigos cumplía años, y para celebrarlo, decidimos acudir a uno de los antros de moda en aquel entonces –la moda, recuérdese bien, cambia tan rápido como las hojas del calendario-. Llegamos al lugar y me llamó poderosamente la atención encontrarme entre los concurrentes a Armando Jiménez San Vicente, la actual crisis económica atravesaba por su etapa más aguda –ahora lo podemos confirmar, con el desorbitante número de empresas cerradas en Aguascalientes en durante os dos primeros meses del año, cierres que, por cierto, continúan-, pero el secretario de desarrolla económico sonreía al ritmo del punchis-punchis y del sabor a whisky, en su rostro no se reflejaba el shock económico de la entidad. En fin. Una anécdota, nada más.

En el presente, varias personas viven un auténtico calvario. Ya sean desempleados heredados por la actual crisis económica, bachilleres que por alguna situación no encontraron cabida en alguna universidad, recién egresados… todos ellos se encuentran en la precaria situación de encontrar algún trabajo. ¿Qué es lo que encuentran?

Para encontrar una posible respuesta revisé un cóctel muy variado de fuentes de información: el aviso clasificado en un par de periódicos; bolsas de trabajo tanto del gobierno (estatal y municipal), como de particulares; y unos cuantos anuncios pegados con engrudo en los postes de las calles del centro de la ciudad. ¿Qué me encontré?

Cerca del setenta por ciento de los trabajos que se ofrecen en Aguascalientes son ventas, el léxico es variado, agente, ejecutivo, promotor, telemarketing… pero la labor es siempre la misma: vender. Los salarios, por lo general, no son fijos –en ocasiones, ni siquiera incluyen prestaciones-, la mayoría de estos empleos son pagados en base a un modernísimo esquema de comisiones: “aquí usted gana lo que usted vende” –imagínense que aplicásemos dicho esquema a nuestra burocracia, carretadas de dinero que se ahorraría el erario público-. Así que, si usted logra vender los productos invendibles, ¡felicitaciones!, usted podrá comer esta quincena, de lo contrario, si es usted un mal vendedor –el producto nunca tiene la culpa-, puede usted tragarse la insabora publicidad impresa que le ofrecen como única arma para vender lo invendible.

Si usted es un idealista, si usted aspira a algo más que vender tarjetas de crédito, se las verá negras. Para encontrar un empleo “con futuro” entre el treinta por ciento de los empleos restantes necesitará usted un doctorado en arqueología del aviso clasificado, y una vez que encuentre la vacante “con futuro”, prepárese, una interminable lista de hidrocálidos compiten por esas muy escasas oportunidades; rezar tampoco estaría de más, pues probablemente competirá por la vacante “con futuro” con algún recomendado.

Jamás estudié economía, para mí la economía mundial se reduce al raquítico salario que se me deposita quincena tras quincena en la tarjeta, supongo que lo mismo le ocurre a esas muchas personas cuya vida se les va en extensas jornadas de trabajo mal remuneradas, esos múltiples entes que más que vivir, sobreviven. Esas personas saben bien que no existe otra economía más allá del salario.

Si la economía de Aguascalientes trota al ritmo de los salarios de los hidrocálidos, el panorama es desolador, cito una nota periodística: “con menos de cinco mil pesos al mes, viven el sesenta por ciento de los aguascalentenses”.

Vuele a mí el recuerdo del rostro del encargado de la secretaría de desarrollo económico sonriendo a destajo cuando la crisis económica se encontraba en vilo. Hoy pretende prestarle una lanita a Diego Luna, quien creará muchos empleos, claro, los hidrocálidos podrán posar como extras en el largometraje dirigido por la estrellita. Afortunadamente, el neo-charolastra Armando Jiménez San Vicente dejará su chamba el año entrante, Aguascalientes está sediento de una economía próspera, y con semejante capitán, andamos a la deriva.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Uyyy amigo si yo le contara!!!
Pero bueno, mejor le cuento un día destos que vayamos por unas frías a uno de los antros de mala muerte que tanto le gustan jeje...
Saludines